¡Hola a todos! ¡Bienvenidos a Boxy!

¡Hola hola!  Aquí estoy, la creativa y profesional detrás de Boxy. Sé que muchos se preguntan ¿Quién soy?, pues permíteme presentarme pero eso sí,  sin tanto formalismo ni palabras complejas.

Me llamo Mariangeles, tengo 30 años, soy madre soltera de un niño de 8 años llamado Iker, no solo es mi todo sino que seamos honestos, es el verdadero CEO de Boxy! Nací en Venezuela, hace 7 años aterricé en España con una maleta llena de sueños, dispuesta a darlo todo en esta nueva vida, al llegar a España, tuve que dejar mi trabajo en el ámbito educativo y si bien valoraba mi trabajo anterior (era directora en una inmobiliaria) sentía que ¡algo faltaba y sabía exactamente qué era! Así que, decidí que era hora de volver a lo que realmente amo y crear algo único, algo que combinara el aprendizaje con la diversión y el juego, ya que estoy segura que es la mejor manera de enseñar.

Así fue que nació “Aprender sí que mola” en España , un proyecto casero y familiar donde cada caja es un tesoro lleno de juegos, diversión y aprendizaje donde los niños, sus familias y los profesores pueden disfrutar de la aventura de aprender jugando.

Una de mis partes favoritas de este viaje fue descubrir cómo mis cajas tienen un impacto tan positivo en la vida de los niños. Estos últimos años han sido increíblemente especiales y me llena de alegría ver cómo los niños disfrutan jugando y aprendiendo con mis cajas, sobre todo porque mi familia también es parte del proyecto. Iker aporta su curiosidad, es nuestro mejor filtro para dar luz verde a cualquier actividad. Mi padre, Roberto, es el abuelo de esta empresa, aportando toda su sabiduría y experiencia, mientras que mi madre, que por aquí es conocida como Yayi, es parte del área de producción (no hay nadie que pueda pegar velcro y cortar más rápido que ella), y yo, por supuesto, me encargo de hacer que el aprendizaje sea divertido y de asegurarme personalmente de que los recursos cubran las necesidades de cada niño. A mi hermano Fabio le encanta llevar los números, ¡él es quien maneja el dinero! (bueno, seamos honestos, él es quien quiere gastarlo todo).

Al final, hasta nuestra perrita Pepa presta su patita para dar su aprobación canina.

Con el tiempo me di cuenta de que mis cajas facilitan la enseñanza a los padres e incluso a los profesores, ya que los niños lo ven como una forma divertida de aprender y fue cuando decidí que esto tenía que llegar a más hogares y escuelas, ya que las cosas buenas están hechas para ser compartidas así que algo tan maravilloso tenía que volverse global y ahí es donde comienza la aventura de Boxy.

Por supuesto, no podía traer a Boxy hasta Estados Unidos sola, necesitaba ayuda para hacer realidad este sueño y brindarles mucha diversión y aprendizaje a los más pequeños y es allí donde aparecen mis primos Mikel y Ashley compartieron mi visión, tomaron sus tijeras, pegamento, creatividad y se pusieron a trabajar porque Estados Unidos también necesitaba sus BoxyBoxes.

¡Ups, me emociono y hablo sin parar! Vayamos al grano. Ahora que ya conoces la historia, si buscas algo más que libros y aburrimiento, ¡necesitas una BOXYBOX! ¡Desde el momento en que la abras, verás que APRENDER puede ser divertido!

Mariangeles Serrano Mosciatti